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La deontología profesional es una disciplina ética que regula las conductas y obligaciones de los profesionales en el ejercicio de su labor, orientando sus acciones hacia un comportamiento moralmente aceptable y socialmente responsable. Esta rama de la ética aplicada es fundamental en la consolidación de los valores, principios y normas que guían el desempeño profesional, asegurando que las acciones de los individuos no solo se ajusten a las competencias técnicas, sino también a los compromisos éticos que definen su función social.
El término deontología proviene del griego "déon", que significa "deber", y "logos", que se refiere a "tratado" o "estudio". En este sentido, la deontología puede entenderse como la ciencia del deber o la ciencia que estudia las obligaciones morales que los individuos deben cumplir en determinadas situaciones. En el contexto profesional, la deontología se refiere específicamente al conjunto de principios, normas y valores que deben seguir los profesionales en el ejercicio de su actividad laboral.
La deontología profesional se diferencia de la ética general en que se concentra en los aspectos específicos de una profesión, estableciendo las normas que deben regular la conducta de los miembros de una determinada disciplina o gremio. Por ejemplo, la deontología médica regula la conducta de los médicos en relación con los pacientes, mientras que la deontología jurídica regula las obligaciones de los abogados en su trato con los clientes, las instituciones y la sociedad en general.
Orígenes y Evolución de la Deontología Profesional
El concepto de deontología, aunque tiene sus raíces en la filosofía clásica, se formalizó en el siglo XIX. Uno de los primeros en utilizar el término fue el filósofo inglés Jeremy Bentham, quien lo definió como el estudio de lo que es debido o adecuado. Sin embargo, fue a lo largo del siglo XX cuando la deontología profesional adquirió mayor relevancia, a medida que las sociedades modernas desarrollaban un enfoque más riguroso respecto a la responsabilidad ética de los profesionales en campos tan variados como la medicina, el derecho, la educación, la ingeniería y la comunicación.
La evolución de la deontología profesional también está relacionada con la creciente especialización de las disciplinas y la profesionalización de diversas áreas del conocimiento. A medida que las profesiones fueron adquiriendo un carácter más técnico y especializado, surgió la necesidad de establecer marcos normativos que regularan las prácticas profesionales, no solo desde un punto de vista técnico, sino también ético. Estos marcos, conocidos como códigos deontológicos o códigos éticos, surgieron para normar y asegurar que los profesionales actúen conforme a los más altos estándares morales y sociales.
Principios y Valores Fundamentales de la Deontología Profesional
La deontología profesional está construida sobre una serie de principios y valores fundamentales que guían el ejercicio profesional y que deben ser respetados por todos los individuos que pertenecen a una determinada profesión. Algunos de los principios más relevantes incluyen:
- Responsabilidad
Los profesionales tienen la obligación de asumir las consecuencias de sus decisiones y acciones. Esto significa que deben actuar de manera prudente, considerando no solo los aspectos técnicos, sino también los impactos éticos y sociales de su trabajo.
- Integridad
La integridad es un principio central en la deontología profesional. Implica que los profesionales deben actuar con honestidad, transparencia y coherencia en todas sus acciones. Esto también se traduce en evitar cualquier forma de corrupción, manipulación o conflicto de intereses.
- Competencia
Este principio establece que los profesionales deben desempeñar sus funciones con el más alto nivel de competencia, lo cual implica mantenerse actualizados en los conocimientos y habilidades que demanda su profesión. Además, deben ser conscientes de sus limitaciones y no aceptar tareas para las cuales no están debidamente capacitados.
- Confidencialidad
La confidencialidad es uno de los pilares más importantes de muchas profesiones, como la medicina y el derecho. Los profesionales deben proteger la información privada de sus clientes o pacientes, asegurándose de no divulgarla sin el debido consentimiento o autorización.
- Respeto a los Derechos Humanos
La deontología profesional demanda que los individuos actúen con pleno respeto a los derechos humanos. Esto incluye la promoción de la dignidad, la igualdad y la justicia en todas las interacciones, tanto con colegas como con clientes o pacientes.
Códigos Deontológicos
Los códigos deontológicos son documentos normativos que recogen las obligaciones y principios éticos que deben guiar la conducta de los profesionales. Cada profesión, en función de sus características y responsabilidades, suele desarrollar su propio código deontológico, el cual es creado por organizaciones gremiales, asociaciones profesionales o colegiaturas.
Un código deontológico no solo tiene un valor normativo, sino que también cumple una función pedagógica, al ofrecer a los profesionales un marco de referencia que les permite entender mejor sus obligaciones éticas y cómo deben aplicarlas en su práctica diaria. A menudo, estos códigos incluyen sanciones para aquellos profesionales que no cumplen con las normas éticas establecidas, lo que garantiza que las malas prácticas puedan ser corregidas o, en los casos más graves, sancionadas.
En el caso de profesiones como la medicina, el derecho o la psicología, los códigos deontológicos tienen un peso significativo, ya que estos campos implican una relación directa con la vida, la libertad o la dignidad de las personas. En tales casos, una violación de los principios deontológicos puede tener consecuencias graves, tanto para los afectados como para el propio profesional, quien puede enfrentarse a sanciones legales y la pérdida de su derecho a ejercer.
En conclusión, la deontología profesional es una herramienta indispensable para el correcto ejercicio de cualquier profesión. A través de ella, se establecen los principios y valores que deben guiar la conducta de los profesionales, asegurando que sus acciones no solo sean técnicamente competentes, sino también éticamente responsables. Así, los profesionales, al adherirse a los principios de la deontología, contribuyen al bienestar de la sociedad, fortaleciendo la confianza pública y asegurando que el progreso técnico y científico esté siempre al servicio de la humanidad.