¿Cómo influye la disgrafía y la disortografía en el rendimiento escolar?

Disgrafía y disortografía

¿Te has fijado en cómo algunos niños tienen dificultades para colorear dentro de las líneas o atarse los cordones de los zapatos? Estos pequeños detalles pueden ser una señal de que están desarrollando las habilidades motoras finas necesarias para escribir. Por otro lado, ¿te has dado cuenta de que a veces confundimos palabras que suenan similar, como "b" y "v"? Esto puede ser un indicio de dificultades en el procesamiento de la información visual y auditiva, lo cual es fundamental para la escritura. A lo largo de este post, vamos a analizar en qué consiste la disgrafía y la disortografía, trastornos específicos del aprendizaje a la hora de aprender a escribir.

¿A qué llamamos disgrafía y disortografía?

La disgrafía y la disortografía pertenecen al conjunto de problemas que aparecen en el aprendizaje de la escritura. Sin embargo, son dos trastornos diferentes con características y tratamientos propios. Antes de comenzar a explicar las diferencias, es importante reconocer que la mayor diferencia entre ambos es la legibilidad de la letra escrita. En la disgrafía, la persona tiene una letra imposible de descifrar, que afecta en la composición de lo escrito y en el trazado de la grafía. En cambio, en la disortografía, las personas con este trastorno cometen muchos errores ortográficos, pero escriben de manera legible.

La disgrafía, un trastorno que dificulta la escritura

Por un lado, la disgrafía es aquel trastorno del aprendizaje que aparece en niños y niñas cuando su escritura es deficiente. Esto ocurre cuando existe una falta de habilidades motoras, pero no presentan específicamente problemas sensoriales, sociales, intelectuales, neurológicos y afectivos. Este trastorno está relacionado con otros problemas como la hiperactividad, la impulsividad y/o el déficit de atención.

Esta dificultad de coordinación en las manos y en los músculos de los brazos impide coger el lápiz o bolígrafo de manera ordenada y adecuada. Veamos qué características posee este trastorno que dificulta la escritura:

  • La letra tiene un gran tamaño. Además, aparece inclinada, con espacios exagerados entre las letras o muy apretadas.
  • Solamente con escribir, le supone un gran esfuerzo.
  • Escribe demasiado despacio o rápido según su maduración o edad.
  • No guarda una postura correcta cuando escriben.
  • No respeta los márgenes y el interlineado, y además, se salta los renglones.
  • No es capaz de coger correctamente el lápiz o el bolígrafo.

Si no se corrige este trastorno específico, una de sus consecuencias puede ser un descenso en el ritmo de aprendizaje respecto al resto de sus compañeros. Además, puede causarles mayor cansancio, provocándoles una menor atención en el aula.

La disortografía, un trastorno que afecta a la escritura correcta de palabras

Se trata de una dificultad a la hora de transcribir las palabras de manera correcta bajo las normas ortográficas, ya que no es capaz de asimilar y adquirirlas. Ocurre que, en muchos casos, la disortografía está relacionada con la dislexia, por eso a veces se puede llegar a confundir ambos problemas de aprendizaje. Igualmente, la disortografía se define también como la alteración del lenguaje escrito, donde están presentes dificultades en la escritura y la ortografía.

Sus características principales son:

  • Cambian el orden de las sílabas.
  • Sustituyen las consonantes o fonemas vocales por otros parecidos.
  • No escriben la "h" porque no tiene sonido.
  • Rotan las letras parecidas o confunden las nociones de arriba, abajo, derecha, izquierda.
  • Omiten letras que les son difíciles de percibir visualmente.
  • Añaden más letras o repiten sílabas o letras.
  • Juntan muchas palabras al escribirlas en una frase.

¿Cómo identificar y abordar la disgrafía y disortografía?

Tras conocer qué es la disgrafía y la disortografía, es importante reconocer qué síntomas tienen estos trastornos y tener en cuenta una atención temprana adecuada a cada caso. Por un lado, los síntomas de la disgrafía se identifican a partir de los seis años y se divide en disgrafía motriz y específica. La primera se caracteriza por la presencia de una postura incorrecta al escribir, con una sujeción inadecuada del lápiz, escribiendo de manera muy rápida o muy lenta. Y la segunda, el niño o niña tiene una desviación en las grafías, lo que provoca que la letra sea difícil de reconocer, teniendo errores gramaticales y una desorganización en el contenido de frases y párrafos.

Por otro lado, los síntomas de la disortografía aparecen dependiendo del nivel de afectación, y pueden ser:

  • Confusión con el uso de los artículos y las letras.
  • Distorsión entre la palabra pronunciada y la transcripción.
  • Omisión sistemática de los acentos.
  • Frecuentes faltas de ortografía.
  • Dificultad a la hora de deletrear.
  • Escribir palabras unidas.

Una atención temprana adecuada es esencial para ofrecer al alumnado los mejores recursos para su caso. Realizar actividades para reforzar la lectoescritura es una vía para fortalecer los conocimientos de la lectura y la escritura. Además, la colaboración entre familias y profesorado es vital para la detección precoz de la disgrafía y disortografía.

Actividades para reforzar la lectoescritura y trabajar la disgrafía y disortografía

Para la disgrafía, las actividades deben estar dirigidas a corregir los errores más frecuentes que cometen los alumnos y las causas de la disgrafía, como son las dificultades motrices, la orientación espacial y la lateralidad, entre otras. Un ejemplo de ejercicios orientados a este trastorno específico sería elegir el material más adecuado para mejorar el agarre del lápiz, realizar puzles de palabras, ejercicios de recorte de tijeras o punzado de letras en cartulina para mejorar la motricidad fina, o el uso de fichas de precaligrafía para subrayar dibujos punteando con líneas curvas o rectas.

Los ejercicios enfocados en la disortografía están dirigidos a mejorar las áreas donde se encuentran las dificultades del alumno. Por ejemplo, discriminar auditivamente los fonemas al articularlos, problemas visoespaciales en los grafemas (b y p) o los que se parecen mucho (a y e; m y n), o también si han tenido problemas al iniciar el aprendizaje de las normas ortográficas. Algunas de las actividades recomendadas son: hacer sopa de letras, ordenar las palabras desordenadas, mejorar la percepción auditiva con dictados de palabras, trabajar la descomposición de las palabras en sílabas, o actividades para identificar la palabra intrusa en un grupo.

Como ves, son muchas actividades para trabajar la lectoescritura en primaria y corregir los problemas causados por estos trastornos. Pero la evaluación por el profesional de esta área educativa es quien tiene que diseñar el programa ideal para intervenir en el caso del alumno, incidiendo en sus errores más comunes. Te dejamos una de nuestras formaciones dedicadas a este ámbito: Curso de Intervención Psicoeducativa ante Dificultades de Aprendizaje

morayma.estrada
23 Enero, 2025