Disciplina positiva: Estrategias para educar con respeto y eficacia

Disciplina positiva

La disciplina positiva es un enfoque educativo basado en el respeto mutuo, la empatía y la enseñanza de habilidades para la vida, promoviendo la autorregulación en los niños y niñas sin recurrir a castigos o premios. Su objetivo es fomentar una relación equilibrada entre adultos y niños, donde la comunicación y la colaboración sean la base del aprendizaje y la convivencia.

¿En qué principios de basa? 

La disciplina positiva se basa en los principios de la psicología de Alfred Adler(1870-1937) y Rudolf Dreikurs (1897-1972), quienes enfatizaron la importancia de la conexión y la pertenencia en el desarrollo infantil.  A continuación, veremos algunos de sus pilares. 

Conexión antes que corrección

Un niño o niña que se siente amado y respetado es más propenso a cooperar. La conexión emocional es clave para que las correcciones sean efectivas.
Ejemplo: Si un niño o niña se niega a recoger sus juguetes, en lugar de gritarle, el adulto puede acercarse, ponerse a su nivel y decir: "Entiendo que estés cansado, pero si lo hacemos juntos, será más fácil. ¿Qué juguete quieres guardar primero?"

Firmeza y amabilidad al mismo tiempo

La disciplina positiva no significa ser permisivo ni autoritario. Se trata de equilibrar la comprensión con la claridad de las normas.
Ejemplo: Si un niño o niña no quiere irse del parque, en lugar de obligarlo o ceder, se puede decir con calma: "Sé que te estás divirtiendo, pero es hora de irnos. ¿Quieres despedirte del parque de una forma especial antes de irnos?"

Errores como oportunidades de aprendizaje

En lugar de castigar los errores, se utilizan como momentos para enseñar habilidades de vida.
Ejemplo: Si un niño o niña derrama un vaso de leche, en lugar de regañarlo, se le puede decir: "Veo que se derramó la leche. ¿Cómo crees que podemos limpiarlo juntos?"

Fomentar la autonomía y la responsabilidad

La disciplina positiva ayuda a los niños a desarrollar habilidades para tomar decisiones y asumir responsabilidades de manera progresiva.
Ejemplo: Si un niño siempre olvida su tarea, en lugar de recordárselo constantemente o regañarlo, se puede preguntar: "¿Qué puedes hacer para recordar traer tu tarea mañana?"

Fomentar el respeto mutuo.

La forma en que los adultos tratan a los niños y niñas influye en cómo los niños y niñas tratarán a los demás.
Ejemplo: Si un niño habla de forma grosera, en lugar de responder con el mismo tono, se puede modelar una respuesta respetuosa: "En esta casa hablamos con respeto. Puedes decir lo que sientes, pero con un tono amable."

Estrategias para aplicar la disciplina positiva

Para implementar la disciplina positiva de manera efectiva, se pueden utilizar diversas estrategias:

  • Dar opciones dentro de límites claros. Permitiendo que los niños y niñas  elijan dentro de un marco definido les da autonomía sin perder el control.
    Ejemplo: "Es hora de vestirte. ¿Prefieres ponerte la camiseta azul o la roja?"

 

  • Usar el aliento en lugar del elogio excesivo. En lugar de decir "Eres el mejor dibujante", es más útil decir: "Veo que has puesto mucho esfuerzo en este dibujo. ¿Qué parte te gusta más?"

 

  • Involucrar a los niños en la resolución de problema. Cuando los niños y niñas participan en la solución de problemas, aprenden a pensar en las consecuencias de sus acciones.
    Ejemplo: Si dos hermanos pelean por un juguete, en lugar de decidir por ellos, se puede preguntar: "¿Cómo podemos resolver esto de manera justa?"

 

  • Usar consecuencias lógicas en lugar de castigos. Las consecuencias deben estar relacionadas con la acción y ser respetuosas.
    Ejemplo: Si un niño o niña deja sus juguetes en el suelo, la consecuencia lógica puede ser que esos juguetes se guarden por un tiempo hasta que aprenda a cuidarlos.

 

  • Practicar la escucha activa. Los niños y niñas se sienten valorados cuando saben que sus sentimientos e ideas son escuchados.
    Ejemplo: Si un niño está frustrado porque perdió en un juego, en lugar de minimizar su emoción, se puede decir: "Veo que estás molesto porque querías ganar. Es normal sentirse así. ¿Te gustaría intentarlo de nuevo?"

 

Como se puede comprobar, la disciplina positiva no es un método rápido, sino un enfoque a largo plazo que ayuda a los niños y niñas a desarrollar habilidades emocionales y sociales. Se basa en el respeto, la firmeza y la empatía, enseñando a los niños y niñas a tomar decisiones responsables sin recurrir al miedo o la sumisión. Al aplicar estrategias como la conexión antes que la corrección, el uso de consecuencias lógicas y la escucha activa, se logra un ambiente de aprendizaje positivo que fortalece la relación entre adultos y niños.

anabelen.salinas
5 Febrero, 2025