Cibercondría y oposiciones: cómo la búsqueda excesiva de información afecta a tu estudio

Por experiencia sabemos que las oposiciones son un reto que exige esfuerzo, constancia y mucha paciencia. Sin embargo, el estrés y la ansiedad pueden provocar que como opositores caigamos en el fenómeno de la cibercondría: la obsesión por buscar síntomas en internet, creyendo que cualquier malestar va a suponer una señal de algo grave. Este hábito no solo afecta la concentración y el rendimiento, sino también a la salud mental, muy importante en las oposiciones. En este post, analizamos cómo evitar que la cibercondría te desvíe de tu camino a la plaza.
El fenómeno de la cibercondría: qué es y por qué afecta a los opositores
Para poner en contexto la cibercondría, primero hay que conocer que deriva de la hipocondría. Esta es una forma clínica de trastorno de ansiedad representada por una preocupación injustificada y excesiva por la propia salud. Las personas que sufren la hipocondría creen que cualquier síntoma pueden ser un aviso de tener una enfermedad grave. Incluso en momentos de evaluación médica, sin un diagnóstico de ninguna patología, la persona hipocondríaca puede sentir miedo por tener un tumor o sufrir un infarto.
El fácil acceso que existe a la información de internet ha provocado que las personas con hipocondría se lancen a buscar sus síntomas en la red sin control. Así es como ha nacido la cibercondría, que hace referencia a los miedos irracionales derivados de la información encontrada en internet. Su nombre se debe a los términos ciber (relacionado con la informática y lo digital) y condría (etimológicamente el esternón, parte del cuerpo según Hipócrates, donde nacía la melancolía).
Respecto a la cibercondría en el mundo opositor, se puede convertir en un obstáculo peligroso al afectar al rendimiento académico como a la salud mental. La constante búsqueda de síntomas en internet no solo genera preocupación innecesaria, sino que interfiere en la preparación y al estudio. Veamos cómo puede impactar este problema día a día mientras opositas:
- Disminuye la concentración y la productividad: buscar síntomas en internet o en las redes sociales interrumpe tus sesiones de estudio, desviando la atención y reduciendo la capacidad de retención de información.
- Aumenta la ansiedad y el estrés: El miedo a padecer una enfermedad grave o un problema de salud genera un estado de preocupación constante, sumando más estrés al ya exigente proceso de preparación de una oposición.
- Provoca fatiga mental: Estar en alerta por posibles enfermedades crea agotamiento mental, afectando la capacidad de toma de decisiones y la motivación para seguir estudiando.
- Impacta en la calidad del sueño: El exceso de ansiedad puede generar insomnio o problemas de descanso, lo que repercute en la energía y el rendimiento al día siguiente.
- Fomento el autosabotaje: La preocupación por la salud puede convertirse en una excusa inconsciente para evitar estudiar, postergando el trabajo y aumentando la sensación de culpa.
- Puede derivar en consultas médicas innecesarias: El miedo a estar enfermo lleva a algunos opositores a visitar con frecuencia a profesionales de la salud o a realizarse pruebas sin necesidad, reforzando aún más el círculo vicioso de la cibercondría.
En resumen, la cibercondría no solo distrae y genera ansiedad, sino que también puede convertirse en un obstáculo emocional y físico que afecta negativamente tu capacidad para concentrarte y rendir al máximo en tu preparación para las oposiciones.
¿Cómo identificar si sufres cibercondría durante las oposiciones?
Como hemos comentado, la cibercondría consiste en la búsqueda de enfermedades por internet de manera excesiva y con una preocupación innecesaria. Pero, ¿cuándo se vuelve difícil de gestionar? Existen posibles causas por las que se puede producir la cibercondría al incluir experiencias indirectas o directas con la muerte:
- La muerte de un familiar o un cónyuge
- Un problema de salud reciente
- La llegada de una enfermedad desconocida o nueva
- Haber padecido una enfermedad grave de niño/a
Estas situaciones vividas pueden provocar o reforzar la creencia de ser una persona vulnerable que no para de buscar enfermedades a pesar de tener síntomas nulos o mínimos. Además, hay rasgos muy característicos por los que podemos detectar la cibercondría:
- Búsqueda constante de síntomas en internet, aumentando la preocupación en lugar de aliviarla.
- Miedo irracional a enfermedades graves, incluso cuando los síntomas son leves o normales.
- Tendencia a pensar en el peor escenario, interpretando cualquier malestar como algo serio.
- Duda frecuente de los diagnósticos médicos, lo que los lleva a seguir buscando información.
- Síntomas físicos causados por la ansiedad, como taquicardia, tensión muscular o insomnio.
Riesgos de autodiagnosticarse por internet
Acudir a internet para consultar cualquier síntoma y sacar el diagnóstico o las conclusiones por ti mismo/a puede generar más confusión y ansiedad. Los efectos que puede producir la cibercondría en los opositores pueden ser la confirmación al buscar un síntoma propio de una enfermedad y crear que sientes lo mismo y se va a producir algo grave o la muerte. La identificación también es otro efecto en estas personas que tienden a aumentar las percepciones y sensaciones sintomáticas, provocando un aumento del miedo al reconocer los mismos síntomas encontrados en redes sociales o en internet. Y, por último, el efecto rebaño se produce al compartir ese miedo, la persona acabará más convencido de que está bien fundado/a.
Estrategias para evitar la cibercondría
La cibercondría ya es un fenómeno muy presente entre las personas debido a ese fácil acceso a internet. Actualmente, podemos encontrar algunos tipos de terapia que han sido muy efectivos para mejorar sus síntomas. Por un lado, la terapia cognitiva basada en la atención plena (MBCT) modifica su manera de relacionarse con los pensamientos, para que sean conscientes de ellos y de su alcance hacia emociones negativas. Y, por otro lado, la terapia racional emotiva conductual ayuda al aprendizaje de responder a de manera positiva a las señales inofensivas o raras del cuerpo. Otras estrategias, con ayuda de profesionales de la salud, pueden ser controlar la ansiedad y sus manifestaciones físicas. Esto te ayudará a disminuir el nivel de preocupación por un posible síntoma de enfermedad grave u otro caso.